sábado, 17 de diciembre de 2011

SALUD MENTAL, OPINIONES.....

¿QUE ES LA SALUD MENTAL?
Luego de la Mesa redonda sobre Desmanicomialización los cuatro invitados respondieron a la pregunta sobre qué consideraban es la Salud Mental. Aquí sus respuestas

- ¿Qué es la Salud Mental?
Oscar Pellegrini - Director de la Colonia de Oliveros
La Salud Mental es un concepto político, la Salud Mental no existe, lo que existe es el malestar en la cultura y existen los mecanismos de producción cultural que la psicología y la psiquiatría han psicopatologizado precisamente para poderlo segregar, para poderlo hacer entrar en el circuito comercial de prescribir un fármaco, fundamentalmente en los últimos cincuenta años. Yo creo que la Salud Mental es la salud en su concepto holístico, en su concepto global que es la capacidad del hombre para poder hacer del devenir un concepto.

- ¿Qué es la Salud Mental?
José Alberdi - Trabajador de la Salud Mental, Master en Servicio Social, Docente universitario de la Escuela de Trabajo Social de la Facultad de Cs. Políticas, UNR
Está la definición formal de la OMS que todos criticamos, la salud como estado biopsicosocial normal, que está dentro de los paradigmas normalistas del sanitarismo que criticamos. Y por otro lado, la salud mental aparece dentro del paradigma preventivista norteamericano, donde también hay una lógica binaria, salud mental/enfermedad mental. Lo que produce también es que cuando hablamos de políticas de Salud Mental tiene que ver con producción de subjetividad que generan instituciones, prácticas, legislaciones, arquitecturas en las dinámicas de las instituciones dedicadas a la asistencia en Salud Mental. Este es un concepto que abonamos y por otro lado criticamos. Igualmente aparece en todos los movimientos de trabajadores como una herramienta para generar hegemonías, en el sentido de generar en las representaciones sociales una propuesta de “avance” en la cuestión manicomial, en realidad es un uso estratégico.

- ¿Qué es la Salud Mental?
Eduardo Mutazzi - Psicólogo Hospital Agudo Avila
La Salud Mental es el invento y el cambio de objeto de la enfermedad mental a la transición de la salud mental, con la psiquiatría preventiva y la psiquiatría de sector. En ese sentido, la Salud Mental es todavía un traslado de la lógica manicomial a la ciudad toda, con lo cual hay que tener mucho cuidado con las instituciones que vamos a inventar porque sino ponemos el énfasis en la no segregación y no exclusión y este marco preformativo entre la justicia y la psiquiatría que criminaliza, estigmatiza, encierra le vamos a estar errando en cualquier política de salud mental

- ¿Qué es la Salud Mental?
Gustavo Castagno - Director de Salud Mental Pcia. de Santa Fe
Pensamos la Salud Mental como una instancia superadora de la psiquiatría. Son los recursos subjetivos, económicos, sociales, que un sujeto o una comunidad tienen para afrontar las adversidades, para afrontar la enfermedad, la muerte de un modo tal que vaya construyendo un saber vivir. También salud mental me parece un campo interdisciplinario de saberes que se reúnen para superar esto de la especialización, pensar como que el problema de la locura o del sufrimiento humano es un problema de los médicos, o en particular de los médicos psiquiatras. No es así, es un problema de la cultura, que se debe abordar interdisciplinariamente. Y diría que un término superador de Salud Mental que a su vez es superador de la psiquiatría, luego, en algún momento sería pensar en términos de una clínica subjetivo-social que incluya la producción de los procesos de salud enfermedad la dimensión subjetivo social.

FUENTE: http://www.campopsi.com.ar/Jornadas2006/saludmental.htm

domingo, 8 de mayo de 2011

Consulta sobre el texto El proceso de sexuación: El discurso sexual.


Por Marité Colovini

El discurso sexual es el modo en que se nombra a lo real de la diferencia sexual anatómica.
Antes de que fueran nombrados los órganos sexuales masculinos y femeninos, no eran nada más que pertenecientes a lo real, como tantas cosas que no tuvieron existencia hasta que fueron nombradas . Todo hecho es un hecho de discurso. Si no, no tiene existencia.
Al nombre primero, dado por los antigüos anatomistas, se agregan luego todas las cosas dichas sobre lo femenino y lo masculino, entre ellas los valores, los ideales, etc, que constituyen el discurso del género en la actualidad.
Por lo tanto, el discurso sexual se nutre de diferentes discursos , ideologías, disciplinas para decir lo que "es" un hombre y una mujer.

jueves, 31 de marzo de 2011

CONSULTAS CON EXPERTOS

Para hacer consultas con expertos, pueden dirigirse a Paido Psiquiatría y solicitarla con los docentes de la Cátedra o pedir en la Secretaria de Segundo año el modo de comunicarse conmigo.


Esperamos sus consultas! 


Cordialmente:
Marité Colovini

miércoles, 23 de marzo de 2011

LABORATORIO ENTREVISTA 2011

Recomendamos a los estudiantes leer la nueva bibliografía así como también la publicada en marzo del 2009.

Seguramente aprovecharán mucho más el trabajo en el Laboratorio si hay podido leer y reflexionar respecto al tema.

En transparente encontrarán las indicaciones respecto al desarrollo del Laboratorio:  los grupos de alumnos, los horarios asignados, etc.

Cordialmente:
Dra. Marité Colovini


La guía de una entrevista (Nuevo material bibliográfico)

Elaboración de la guía de entrevista.




(Fragmento de Documento de la Universidad Complutense de Madrid.)





Es necesario elaborar una guía previa que contenga los objetivos perseguidos y los temas y subtemas que han de cubrirse en la entrevista. A veces se añade también un guión de posibles preguntas orientativas, relativamente abiertas, para que sirvan de ayuda durante la conversación, lo que no implica que se tengan que formular tal y como están redactadas ni en el mismo orden; lo fundamental es priorizar la fluidez y naturalidad en la conversación. Aunque el guión no sea sistemático, se tienen que tener presentes en todo momento los objetivos y los temas que deben aparecer, por lo que el éxito de la entrevista dependerá menos de las preguntas mismas que de la capacidad de concentración y conducción en el momento de realizarla (Quivy, 1992).

A pesar de que la guía de entrevista dependerá de los objetivos concretos en cada caso, unas indicaciones generales serían:

• Introducir los temas de la forma menos dirigida posible, para ir dirigiéndolos progresivamente si no emergen de forma espontánea.

• Facilitar la emergencia de los temas y discursos más tópicos al principio de la entrevista ("el ayuntamiento no hace nada", "aquí lo que falta es más policía", "los jóvenes son unos pasotas", etc.), para que a lo largo de la conversación se pueda crear un entorno de mayor profundización.

• Introducir analizadores históricos. Es importante que el equipo de investigación haya estudiado previamente el analizador en cuestión, para poder contextualizar y contraponer los diferentes discursos.

• Dejar para el final de la entrevista las preguntas referidas a redes sociales (relaciones entre administración, entidades y grupos, conflictos personales, etc.).

• La entrevista debe registrarse de alguna forma (vídeo, cassette) para poder ser analizada posteriormente. No obstante, al apagar la grabadora frecuentemente se producen fuertes descargas conversacionales en las que emergen confesiones y discursos muy valiosos; conviene anotar estas ideas antes de que se olviden (respetando, evidentemente, el entorno de confidencialidad en el que se han realizado).

• Hay que prever una duración aproximada de una hora.



Realización.

• En general, es mejor que la entrevista sea realizada por una sola persona, con el fin de facilitar el entorno de empatía que requiere una conversación de este tipo; si la realizan dos personas, una se puede centrar en el seguimiento del guión y la formulación de las preguntas y la otra en tomar notas de campo y en añadir o incidir en determinados momentos de la conversación.



Conducción de una entrevista (Nuevo material bibliográfico)

CONDUCCIÓN DE LA ENTREVISTA




Realizar una buena entrevista cualitativa es un arte difícil. De hecho, el problema no consiste únicamente en obtener el asentimiento del entrevistado a ser entrevistado y a responder con sinceridad a una serie de preguntas. La parte más difícil está en «hacer hablar» al entrevistado, lograr provocar un relato fluido en el que el entrevistador se limite a escuchar y a realizar de vez en cuando alguna pregunta de aclaración o alguna intervención cauta para reconducir la conversación a los temas centrales; consiste en conseguir acceder, si no a lo más profundo, al menos al mundo de las emociones y de los sentimientos de la persona entrevistada, a sus más genuinos pensamientos.

Para obtener la plena colaboración del sujeto, el entrevistador debe lograr establecer con él una relación de confianza, no como profesional, sino como persona; lo cual no resulta sencillo en una relación de límites temporales estrechísimos, que a menudo se agota con un solo encuentro, a veces carente de preparación preliminar (a diferencia de lo que sucede en la interacción psicoterapéutica, que se desarrolla a lo largo de un largo período y a través de múltiples encuentros).



La entrevista cualitativa no es una mera obtención de informaciones, sino un proceso de interacción social entre dos individuos. Por ello no resulta fácil dar reglas generales de actuación, dado que su modo de desarrollarse está fuertemente influido por componentes subjetivos. Nos limitaremos, pues, a dar algunas sugerencias.



• Explicaciones preliminares. En el problema del contacto con el entrevistado y de la concesión de la entrevista, el problema principal lo constituye la desconfianza inicial del entrevistado y su inseguridad ante una situación nueva y desconocida. En el caso de la entrevista cualitativa este problema es menor, ya que se suele llegar a la entrevista con una mayor preparación: previamente ha habido un proceso de acercamiento (carta de presentación, llamada telefónica solicitando una cita, a veces presentación por parte de un conocido, etc.), lo que es posible gracias al menor número de contactos necesarios en la entrevista cualitativa respecto a la encuesta con cuestionario (que permite cuidar más cada caso), y por el hecho de que al tratarse de una entrevista en profundidad, es necesario resolver todas las posibles dudas y motivos de desconfianza.

Por lo tanto, en este caso, el problema con el que nos enfrentamos en el contacto inicial no consiste tanto en superar la desconfianza del entrevistado como en hacerle entender qué es lo que queremos de él. Se tratará de describirle explícitamente el objetivo de la investigación, explicarle por qué le hemos escogido a él y por qué le haremos determinadas preguntas que pueden ser personales, justificar en su caso el hecho de que grabemos la conversación, etc.



Preguntas primarias. Según la distinción que se hace entre «preguntas primarias» y «preguntas secundarias», primarias son las que introducen un nuevo tema o bien abren un nuevo interrogante, mientras que las «preguntas secundarias» tienen como finalidad articular y profundizar el tema de la pregunta primaria.



Utilizando una clasificación de Spradley, referida a lo que él llama entrevista etnográfica, podemos distinguir tres tipos de preguntas primarias.
En primer lugar, tenemos las preguntas descriptivas, como: «¿Me puede hablar de su trabajo?», «¿Cómo se desarrolla su jornada laboral?».
Después tenemos las preguntas estructurales,que tienen como finalidad descubrir cómo estructura el entrevistado su conocimiento; por ejemplo: «¿Me puede decir qué tipo de personas trabajan para usted?», «¿A través de qué vías se puede hacer carrera en su empresa?».
Por último, tenemos las preguntas de contraste, basadas en una comparación; por ejemplo: «¿Qué diferencia hay entre un tractorista y un motorista?», «¿En qué sentido es mejor su trabajo actual que el anterior?».



Preguntas exploratorias. Una entrevista no consiste simplemente en plantear una determinada pregunta y registrar la correspondiente respuesta. La parte esencial del bagaje técnico del entrevistador está constituida por una serie de instrumentos dirigidos a descubrir y a poner de relieve las posiciones reales del entrevistado - incluso las más ocultas y menos explícitas-. Una típica intervención en esta dirección consiste en el empleo de las denominadas preguntas exploratorias: éstas no son verdaderas preguntas, sino estímulos que tratan de ser neutrales y que tienen como función animar al entrevistado a continuar, a que no esté a la defensiva, a profundizar en la cuestión, a dar más detalles. Se trata de intervenciones caracterizadas por la no directividad, a través de las cuales se intenta hacer hablar al sujeto, limitándose el entrevistador a estimular su iniciativa, sin influir en él, dejando que sea el propio entrevistado quien elija los temas en los que hay que profundizar y la forma de exponerlos, siguiendo el hilo de su razonamiento más que respondiendo a las preguntas.

Podemos distinguir diversas maneras de formular estos estímulos.

Repetición de la pregunta. A veces basta con repetir la pregunta, bien formulándola de forma distinta, o bien haciendo hincapié en determinadas palabras.

Repetición de la respuesta o de una síntesis de las últimas respuestas (acción «eco»). En este caso se trata de retomar las últimas respuestas del entrevistado, con sus palabras o con una síntesis nuestra, para invitarlo a profundizar en ellas o a aclararlas. Por ejemplo: «Entonces, me ha dicho que...» (sigue la repetición literal de la frase), «¿Pero qué entiende usted realmente con...?». O bien: «Veamos, si he entendido bien usted me ha dicho que...» (sigue una síntesis de las últimas respuestas), «¿Hay otros motivos?», «¿Hay algo más?», «¿Tiene algo más que decir al respecto?».

Estímulo, expresión de interés. En este caso el entrevistador se limita a manifestar interés, con expresiones verbales o a veces incluso con simples gestos con la cabeza o bien con interjecciones como «a-ha», en relación a todo lo que el entrevistado está contando. Para señalar su interés el entrevistador puede utilizar también un «Sí ...?» interlocutorio, que puede ser suficiente para animar al entrevistado a que prosiga con su narración. Expresiones neutras para obtener este efecto son, por ejemplo: «Esto es muy interesante», «Continúe», «Entiendo», «¿De verdad?».

Pausa. A veces dejar pasar algún segundo de silencio, sin preocuparse (por parte del entrevistador) de llenarlo enseguida por temor a crear malestar, puede favorecer que se genere confianza por parte del entrevistado; otras veces el momento de cierta incomodidad creada por la pausa hace que el entrevistado se sienta obligado a romper la situación retomando su narración con más detalles.

Solicitud de profundización. A veces es necesario pedir al entrevistado más explícitamente que suspenda la narración, para aclarar o profundizar algún extremo. Intervenciones de este tipo son, por ejemplo: «Cuéntemelo más detenidamente», «Me gustaría conocer mejor su pensamiento a este respecto», «No estoy seguro de entender bien lo que usted piensa», «¿Por qué reaccionó usted de ese modo?».

Lenguaje. En el caso del cuestionario el problema del lenguaje se planteaba en términos de claridad y de comprensibilidad, puesto que la estandarización del instrumento exigía una cuidadosa selección de formulaciones que resultaran comprensibles para todos. En la entrevista cualitativa el problema del lenguaje no se plantea en estos términos, ya que el estilo lingüístico de las preguntas puede variar en función del sujeto, adaptándose a las características del entrevistado. El problema del lenguaje se plantea en el sentido de que éste constituye el instrumento fundamental para establecer el clima de empatía, y por tanto de comunicación, entre entrevistador y entrevistado.

El lenguaje proporciona tanto al entrevistador como al entrevistado indicios para entender qué tipo de persona es el propio interlocutor. Las primeras indicaciones que el entrevistado logra tener, para saber si el entrevistador es una persona muy parecida a sí mismo o muy distinta, serán proporcionadas precisamente por el lenguaje que el entrevistador utilice para presentarse, y para presentar el tema de la entrevista. Si el entrevistador y el entrevistado «hablan el mismo lenguaje», es muy probable que tengan experiencias parecidas, y por tanto es mucho más probable que puedan entenderse el uno al otro.

Naturalmente no siempre es necesario (ni posible) que entrevistado y entrevistador hablen el mismo lenguaje. A menudo el entrevistador se presenta con la apariencia y el lenguaje propios de un investigador y como tal es aceptado, siempre que se muestre auténticamente interesado y el entrevistado pueda percibirlo como una persona que sabe comprenderlo. Aun así pueden darse situaciones en las que rija un clima de desconfianza o de consciente diversidad con respecto al mundo exterior, clima que puede vencerse únicamente si el entrevistador es percibido como una persona que puede entender ese mundo porque de alguna forma lo ha experimentado personalmente o por lo menos ha estado cerca de él. Por ejemplo, en una entrevista sobre jóvenes drogadictos, un entrevistador que de alguna manera haya frecuentado esos ambientes y por tanto conozca su jerga y entienda al vuelo las situaciones cuenta con ventaja respecto a un entrevistador que se presente con el estilo propio de un psicólogo.



Papel del entrevistador. Después de todo lo que hemos visto hasta aquí, resulta totalmente evidente que en la entrevista cualitativa el entrevistador desempeña un papel no sólo central, sino además determinante (en el sentido literal de que «determina» el resultado de la conversación). Al respecto es necesario recordar brevemente todo lo que hemos dicho sobre el enfoque constructivista en la investigación social, es decir, sobre el hecho de que en el paradigma interpretativo la entrevista es entendida no como una operación de «recogida de datos», en la que el entrevistador registra las opiniones del entrevistado, sino como una relación dinámica en la que la entrevista se «construye» conjuntamente por el entrevistador y el entrevistado, y su resultado depende en gran medida del vínculo empático que se haya instaurado entre los dos interlocutores.

En este contexto la función del entrevistador resulta compleja y no carente de contradicciones. Por una parte, está llamado a desarrollar una función activa de orientación de la entrevista, dirigiendo la comunicación hacia sus objetivos: el entrevistador «premia de forma sistemática las respuestas completas y exhaustivas, pertinentes respecto a los objetivos de la entrevista, y tiende a desanimar las comunicaciones no pertinentes para estos objetivos». Pero, al mismo tiempo, debe tener cuidado de que estas actitudes de animar y desanimar no se transformen, de simples limitaciones de campo, en alteraciones del pensamiento del entrevistado: desplazándole hacia temas más afines a los objetivos de la investigación, el entrevistador puede inducir al entrevistado a alejarse de la autenticidad de sus sentimientos, llegando a orientar sus respuestas.

La entrevista. (Nuevo material bibliográfico)

LA ENTREVISTA:



Marité Colovini



Una entrevista es un diálogo entablado entre dos o más personas: el entrevistador o entrevistadores y el o los entrevistados.

La palabra entrevista deriva del latín y significa "Los que van entre sí". Se trata de una técnica o instrumento empleado para diversos motivos, investigación, medicina, selección de personal.

Una entrevista no es casual sino que es un diálogo interesado, con un acuerdo previo y unos intereses y expectativas por ambas partes.

El diccionario de la real academia española define la palabra Entrevista como: la conversación que tiene como finalidad la obtención de información. La misma proviene del francés entrevoir que significa lo que se entrevé o lo que se vislumbra.





En una entrevista intervienen básicamente dos personas: El entrevistador y el entrevistado. El primero, además de tomar la iniciativa de la conversación, plantea mediante preguntas específicas cada tema de su interés y decide en qué momento el tema ha cumplido sus objetivos. El entrevistado facilita información sobre sí mismo, su experiencia o el tema en cuestión.

La entrevista como instrumento de investigación ha sido utilizada de forma ambiciosa por antropólogos, sociólogos, psicólogos, politólogos o economistas. Es por ello que gran parte de los datos con que cuentan las ciencias sociales proceden de las entrevistas. Los científicos sociales dependen de ellas para obtener información sobre los fenómenos investigados y comprobar así sus teorías e hipótesis.



Del entrevistador:



El entrevistador debe tener disposición y paciencia para así llevar a cabo con éxito una entrevista.

Debe hablar de manera clara, precisa y en voz entendible.

Es conveniente que el entrevistador hable en voz regulable ya que puede ayudar a mejorar de alguna u otra manera el resultado de la entrevista.

Debe tener buena y clara letra para que sean entendibles las respuestas del entrevistado.

Las preguntas debe hacerlas de manera natural para que el entrevistado responda con sinceridad y se sienta a gusto entrevistándose.

Las preguntas deben ser precisas y deben ser sencillas (cortas), deben ser exactas a lo que se quiere preguntar, y adecuadas al nivel educativo del entrevistado, y la entrevista debe ser en el menor tiempo posible, o depende de la disponibilidad de tiempo de ambas partes.

El entrevistador debe estar seguro de lo que desea preguntar, si es necesario anotar las preguntas antes de comenzar la entrevista.

El entrevistador debe estar preparado para realizar preguntas improvisadas a partir de las respuestas

El entrevistador debe tener información sobre la persona a la cual entrevistará o sobre el tema respecto al cual versará la entrevista.



Tipos de entrevista según su estructura:



• Entrevista abierta: (todas las preguntas son abiertas es decir se plantea un serie de preguntas que el entrevistado puede dar su respuesta libremente. Ej: ¿Qué piensa del desempeño de...?)

• Semi-abierta: Incluye preguntas abiertas pero algunas son cerradas - solo es posible contestar por si, por no o de lo contrario no contestar. La mayoría de las preguntas (más de la mitad) han de ser abiertas, de lo contrario sería una encuesta.



La entrevista en prácticas de Salud:



Es una herramienta útil para la evaluación en salud y en enfermedad, en tanto es el modo más versátil para obtener datos sobre estilos de vida, actitudes, creencias y prácticas concretas de salud. En el ámbito de evaluación de la enfermedad, por ejemplo; la entrevista no sólo permite la obtención de información relevante sobre los problemas del paciente y las posibles variables con ellos relacionadas, sino también crear el clima de confianza y relación empática. Independientemente del objetivo con el que sea empleada, la entrevista puede variar desde formas nada estructuradas hasta otras rígidamente organizadas: desde la búsqueda de información general hasta el intento por obtener datos precisos y concretos sobre aspectos parciales de la vida del sujeto, y desde el enfoque sobre la historia lejana del paciente hasta la consideración de la historia reciente o inmediata.



Keefe (1979) señalaba seis importantes funciones que cumple la entrevista en el marco de su aplicación en psicología de la salud, a saber:



• Como una forma de reunir información sobre la historia del paciente,

• Como un método de especificación y definición de los problemas objeto de atención.

• Como un método para identificar los factores de control del ambiente actual del paciente.

• Como una muestra del repertorio del paciente, esto es como la oportunidad de observar el comportamiento del paciente en tanto su conducta verbal. sus maneras, sus gestos, su apariencia física, su forma de interaccionar con otros, etc.

Como una oportunidad para compartir información con el paciente acerca del abordaje de los problemas.

Como una oportunidad para iniciar el re forzamiento social y el establecimiento de lazos interactivos positivos con el paciente.